1 feb 2013

Denúncia de "El Solitário" sobre a sua situaçom no "Guantanamo" português: o cárcere de máxima seguridade Monsanto

Copiamos de Tokata:

Os escribo sobre los últimos partes disciplinarios míos, los motivos para ello y los castigos que este director de Monsanto me ha aplicado. Monsanto es su reino y él, el monarca absoluto.

El primer parte incita y estimula a la risa. En el despacho proc. 60-0/2012 se me acusa de ayudar a un compañero a coger un cigarrillo que alguien le había enviado y quedó retenido en las rejas que cubren estas jaulas. Según el ridículo parte se alude a conductas prohibidas y castigadas en el medio carcelario y es contrario a las normas y disposiciones que regulan la vida en esta mazmorra de Monsanto y que limitan la vida en común.

La verdad que este régimen opresivo no solo limita la vida, sino que el objetivo es despersonalizarte y anularte en todos los aspectos. En fin, para ser preciso: exterminarte física y sicológicamente.

Pero lo realmente ridículo es que toda esta basura fascista la justifican en “los imperativos de prevención especial” -¿qué será esto?- (exigencias de resocialización y reintegración) y “prevención general” -¿qué será también esto otro? (ejemplo para los demás) o sea que alguien con el cerebro en su sitio me explique qué tipo de resocialización y reintegración y qué tipo de ejemplo para los demás se pretende con este tipo de castigos por nada. Yo desde luego no quiero reintegrarme ni resocializarme en una sociedad fascista como la que pretende el tiparraco de director este. Este tipo de sociedad ya se dio en la Alemania nazi y no funcionó, o funcionó hasta que una fuerza superior acabo con ella. Y en cuanto a lo de servir de ejemplo para los demás, a mi me suena a ‘cabeza de turco’, escarmentar en cabeza ajena, acojonar en una palabra. Afortunadamente y pese a todos los disparates de fascistas y enfermos mentales dotados de poder, siempre les estropeamos la fiesta.

Mediante otro proceso disciplinario se me pretende castigar a 18 días de aislamiento en celdas de castigo, un ligar invisible que me recuerda al tan lejano 1972 en la cárcel de Carabanchel cuando con 16 años tuve el dudoso honor de conocer las celdas de aislamiento (el motivo fue el estar en posesión de hachís y estar fumando las veces que se me ha presentado la ocasión)

No os podéis, ni en vuestras peores pesadillas, imaginar lo que es estar 22 horas al día estar encerrado en 14 metros cuadrados con solo la posibilidad de acudir a la biblioteca dos veces en semana durante 45 minutos y tres veces en semana durante también 45 minutos a un lugar que llaman gimnasio, y que es cualquier cosa menos eso.

El no poder oír música ni ver una película en DVD, pues a pesar de estar autorizado por el reglamento general de prisiones que rige las prisiones de Portugal, este fascista, corrupto que dirige Monsanto y que está por encima del bien y del mal, lo prohíbe.

Donde no puedes hablar por la ventana con otros compañeros de infortunio, bajo la amenaza de severos castigos resocializadores.

En estas circunstancias y a fin de mantener de algún modo controlado el estrés asesino y la presión arterial elevada que esta situación conlleva, pues fumar un porro te revitaliza y te hace sentir persona y no un muñeco en manos de un régimen fascista… El caso es que a causa de algún chivato a la salida de la biblioteca me agarraron en manada los guardias de prisiones, arrastrándome a una habitación especial sin cámaras y donde acostumbran a dar palizas, y me dejaron en el suelo donde un guardia apodado ‘cabeça de porco’ me clavaba la rodilla en el esternón y oro me apretaba con su rodilla y todo su peso el cuello con la pretensión de asfixiarme.

Mientras otros de estos nazis se inflaban a darme patadas. Alguien me arrancó las zapatillas mientras yo estaba en el suelo impotente boca arriba y encontraron el botín.

En el parte de acusación esta violencia cobarde y gratuita el director la justifica diciendo” fue debidamente inmovilizado con el objetivo de vencer la resistencia activa y pasiva a una orden”. Y a mi me gustaría saber que es eso de vencer la resistencia pasiva a una orden…

Pero para este director, la agresión cobarde y en grupo “no se vislumbra de los medios coercitivos ninguna irregularidad porque se consideran adecuados, necesarios, proporcionados y usados el tiempo estrictamente necesario”. SIN COMENTARIOS. Quizá si este tratamiento se lo hubiesen aplicado a este director pensaría de otra manera: que fue una agresión cobarde, traicionera, desproporcionada, digna de castigo ejemplar…

Lo que a este tipejo indecente le parece gravísimo, en cambio, es el consumo indebido de hachís -no se atreve a decir prohibido pues en Portugal el consumo no está prohibido, y esta mazmorra de Monsanto está en Portugal y ‘teóricamente’ aquí rigen las leyes y constitución portuguesas mal que le pese.

Pero lo que realmente le saca a este tipo de sus casillas es que siendo esta mazmorra de Monsanto un presidio de máxima seguridad, un prisionero posea hachís. Según este tirano el hecho de que me fume algún que otro porrito pone de manifiesto una conducta grave que pone en cuestión el mantenimiento del orden, la seguridad y la disciplina y que además este comportamiento debe ser ejemplarmente frenado y sancionado ya que se trata de un régimen de máxima seguridad (y opresión). […]

Y alguien podrá pensar ¿y cómo siendo esta prisión de máxima seguridad tan cerrada al mundo exterior, existe hachís en circulación? La respuesta es fácil: guardias corruptos y malpagados lo introducen en esta mazmorra. No solamente son torturadores ademas son corruptos.

Yo estoy desde el día 11 de diciembre aislado de mis compañeros de presidio, con dos horas de patio -un patio de 30 metros cuadrados-. Adía de hoy son 38 los que llevo en esta situación.

[…]

Jaime Giménez Orbe

E.P. De Monsanto

18 de enero de 2013

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