NOTICIA EXTRAIDA DE LA PRENSA BURGUESA
La plataforma vecinal calcula que ascienden a quince las casas afectadas por las voladuras en el barrio.
Una vivienda del barrio de Paredes, en Vilaboa, tuvo que ser apuntalada por los encargados de las obras del AVE ante el peligro inminente de desplome. Se da la circunstancia de que la vivienda está habitada por dos mujeres, una de 79 años y otra de 84, y que no quieren abandonar el edificio en el que viven. Este es el caso más grave de casas dañadas por las voladuras y obras del AVE, una cifra que la plataforma vecinal eleva a quince. Los destrozos son muy variados y van desde pequeñas grietas hasta desperfectos más graves en paredes y tejados.
Javier Míguez, nieto y sobrino de las dos vecinas que viven en la casa más dañada, considera que los destrozos causados en el muro principal de la vivienda son el resultado aparente del impacto de las voladuras para construir el túnel del AVE.
Goteras en una habitación
Míguez explicó que la casa es antigua, pero que, en su opinión, «todas las grietas fueron producidas por los tiros del AVE», ya que antes no les había pasado nada. Explicó que comenzaron a detectar que algo iba mal en la casa cuando comenzó a llover dentro de una habitación. Las grietas en las paredes siguieron y entonces exigieron a los responsables de las obras del AVE que tomasen alguna medida para impedir el desplome del inmueble.
La decisión tomada por la empresa y Fomento fue apuntalar la vivienda para evitar que se cayese. Las dos ancianas propietarias no abandonaron la casa por voluntad propia, pero sus familiares no están dispuestos a que solo se apuntale y esperan que se tomen medidas para devolver la estabilidad al inmueble sin la necesidad de los hierros que ahora lo sostienen. «El encargado dijo que se va a hacer cargo de que la casa no se derrumbe, pero para que se arregle esa casa hay que ir a la empresa de las voladuras del túnel», concretó Míguez.
Sin embargo, este vecino añadió que nadie les ha dado garantías de que se vayan a reparar los destrozos. Por esta razón, esta familia ha encargado un informe a una arquitecta para que evalúe los daños. El informe servirá como documento pericial en caso de que se vean obligados a interponer una denuncia y exigir la reparación por vía judicial.
Míguez afirmó también que en la casa los obreros colocaron avisadores para examinar la evolución de las grietas. Estos, al menos por ahora, parece que no evidencian nuevas roturas.
Por su parte, el alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro, manifestó que el Concello hace un seguimiento diario de los trabajos del AVE y que el arquitecto municipal también emitió un informe sobre la vivienda. Poceiro confía en que Fomento o la UTE subsanarán todos los daños en cuanto terminen las obras.
31 mar 2010
El A.V.E. en guerra contra lxs vecinxs de Paredes (Vilaboa)
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