Hace ya casi un año que la placida armonía que envolvía las calles de la apacible ciudad de La Coruña se vio súbitamente truncada. Hace ya casi un año que los gordinflones angelitos de rubios tirabuzones ya no se pasean por los beatíficos sueños de Sir Paco, transformados en ansiosos desvelos por los pasillos Vaticanos. Y es que en su remota ciudad natal, esa en la que todo lo dejó atado y bien atado, una maléfica sombra se cierne sobre el inmaculado plan urbanístico que tan bonito y tan mono les había quedado al ex-alcalde, al neo-alcalde y a su piara de sesudos tecnócratas. El obelisco Milenium parece más pequeño, la Torre de Hércules ya no ilumina con el mismo fulgor y hasta los tranvías para turistas parece que circulan con mayor desgana por sus archideficitários raíles. Y es que a Coruña, a esa maravilla urbanística, perla de los mares donde nadie con dinero es forastero, se le están desgastando las especulaciones, se le abren las costuras y resulta que le han salido Okupas. Con lo limpia y reluciente que estaba. Claro, viene la crisis, se te ablanda el urbanismo, te crecen los antisistema en el jardín y, si no fumigas con antidisturbios bien fumigadita toda la finca, luego pasa lo que pasa.
Y llevan ya casi un añito, un largo año preñado de desobediencia, charlas, conciertos, talleres y asambleas… sobre todo asambleas. Lejos quedan las intensas e interminables reuniones previas al desembarco, con toda aquella gente heterogénea, dispar y disparatada tratando de diseccionar los pormenores del proyecto. Mucho humo de canutos y largas colas de latas de refresco y cerveza . Fueron muchos los meses que duró el ponerse de acuerdo y decidirse a atravesar el umbral que franquea los sueños, pero fue finalmente en marzo cuando sucedió el abordaje… y ya casi a pasado un año.
Cuanto trabajo y cuantos desvelos hicieron falta para convertir el destartalado inmueble de Atocha Alta número 14 en el Laboratorio Social Okupado Casa das Atochas, pero, afortunadamente, eran muchos y de muy diversas tendencias y profesiones (eso si, todos autónomos y contrarios a partidos y sindicatos) los que apuntalaron vigas, arreglaron techos, construyeron un espectacular escenario e insonorizaron el espacio a base de material reciclado de una forma tal, que prácticamente no se a escuchado queja alguna a día de hoy por parte del vecindario… y eso que se organizan dos conciertos por semana. ¡Que placer cuando se trabaja de forma libre y sin esperar recibir dinero! Ojala algún día todos lo entiendan y entonces las cosas empiecen a cambiar.
Cualquiera que halla vivido en Coruña durante el ultimo año y que tenga inquietudes que trasciendan del coche y el televisor TDT podrá atestiguar el cambio. La ciudad parece distinta. Cuantas iniciativas se ahogaban en el limbo del consumo y surgen ahora como un espectacular arcoiris en el eterno cielo gris del noroeste: el proyecto de radio libre (Radio Krime), el proyecto del Ateneo, los “comida non bombas” que asaltan mensualmente con comida gratis las plazas Herculinas, las proyecciones de cine gratuito, las Jam Sesion del domingo, el taller de malabares, la sobresaturada comisión de conciertos, la asamblea anarquista, las comidas sin sufrimiento animal, las jornadas de charlas y debates…y cuantas cosas más que se quedan en el tintero.
Desgraciadamente no todo ha sido alegría y buen rollito en las asambleas Atocheras, también encontraron su lugar los resquemores, los malos entendidos y las desvinculaciones. Pero no está hecho solo de rosas el camino de la libertad y, por desgracia, todos fuimos educados como engranajes de un sistema autoritario que premia la perfidia y censura al solidario. Educarnos para cooperar y vivir sin jerarquías es una tarea más difícil de lo que en un principio pudiera parecer, pero sin duda merece la pena intentarlo.
Casi un año ya… ¡Y que sean muchos más!
Los buitres especulativos y los esbirros del capital no desalojarán tan fácilmente como piensan nuestras ideas. “La libertad no puede ser concedida, debe ser conquistada”… y sabremos defenderla, dadlo por seguro.
¡¡¡ATOCHA ALTA RESISTE!!!
Y llevan ya casi un añito, un largo año preñado de desobediencia, charlas, conciertos, talleres y asambleas… sobre todo asambleas. Lejos quedan las intensas e interminables reuniones previas al desembarco, con toda aquella gente heterogénea, dispar y disparatada tratando de diseccionar los pormenores del proyecto. Mucho humo de canutos y largas colas de latas de refresco y cerveza . Fueron muchos los meses que duró el ponerse de acuerdo y decidirse a atravesar el umbral que franquea los sueños, pero fue finalmente en marzo cuando sucedió el abordaje… y ya casi a pasado un año.
Cuanto trabajo y cuantos desvelos hicieron falta para convertir el destartalado inmueble de Atocha Alta número 14 en el Laboratorio Social Okupado Casa das Atochas, pero, afortunadamente, eran muchos y de muy diversas tendencias y profesiones (eso si, todos autónomos y contrarios a partidos y sindicatos) los que apuntalaron vigas, arreglaron techos, construyeron un espectacular escenario e insonorizaron el espacio a base de material reciclado de una forma tal, que prácticamente no se a escuchado queja alguna a día de hoy por parte del vecindario… y eso que se organizan dos conciertos por semana. ¡Que placer cuando se trabaja de forma libre y sin esperar recibir dinero! Ojala algún día todos lo entiendan y entonces las cosas empiecen a cambiar.
Cualquiera que halla vivido en Coruña durante el ultimo año y que tenga inquietudes que trasciendan del coche y el televisor TDT podrá atestiguar el cambio. La ciudad parece distinta. Cuantas iniciativas se ahogaban en el limbo del consumo y surgen ahora como un espectacular arcoiris en el eterno cielo gris del noroeste: el proyecto de radio libre (Radio Krime), el proyecto del Ateneo, los “comida non bombas” que asaltan mensualmente con comida gratis las plazas Herculinas, las proyecciones de cine gratuito, las Jam Sesion del domingo, el taller de malabares, la sobresaturada comisión de conciertos, la asamblea anarquista, las comidas sin sufrimiento animal, las jornadas de charlas y debates…y cuantas cosas más que se quedan en el tintero.
Desgraciadamente no todo ha sido alegría y buen rollito en las asambleas Atocheras, también encontraron su lugar los resquemores, los malos entendidos y las desvinculaciones. Pero no está hecho solo de rosas el camino de la libertad y, por desgracia, todos fuimos educados como engranajes de un sistema autoritario que premia la perfidia y censura al solidario. Educarnos para cooperar y vivir sin jerarquías es una tarea más difícil de lo que en un principio pudiera parecer, pero sin duda merece la pena intentarlo.
Casi un año ya… ¡Y que sean muchos más!
Los buitres especulativos y los esbirros del capital no desalojarán tan fácilmente como piensan nuestras ideas. “La libertad no puede ser concedida, debe ser conquistada”… y sabremos defenderla, dadlo por seguro.
¡¡¡ATOCHA ALTA RESISTE!!!
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