A nadie le ha pasado desapercibida últimamente, puesto que ha saltado a la palestra mediática, la dramática situación del pueblo Saharahui, oprimido por Marruecos desde hace más de 30 años, con la complicidad de Estados Unidos y ante la mirada indiferente del gobierno de España que, pese a ser la antigua potencia colonial, opta por dar prioridad a sus necesidades estratégicas antes que a sus responsabilidades históricas o al más elemental compromiso con los derechos humanos. Sin embargo es mucho más desconocida la situación, no menos dramática, de la otra ex colonia española en África, esa que llegó a contar con dos provincias en ultramar y en la que el idioma castellano sigue siendo oficial a día de hoy: hablamos de Guinea Ecuatorial.
Los derechos humanos son pisoteados con salvaje virulencia en esta ex colonia española, mientras la dictadura de un sátrapa sanguinario y corrupto, propietario junto con sus allegados del 98% de la renta del país, es bendecida con la permisiva indulgencia internacional que otorga su incesante y suculento flujo de petróleo.
Guinea Ecuatorial fue una colonia española, antes pasó por manos inglesas y portuguesas, que consiguió su independencia en 1968 gracias a las presiones de la ONU y a su incipiente nacionalismo autóctono.
Sus primeros 11 años como país independiente estuvieron marcados a sangre y fuego por la inmisericorde dictadura de Francisco Macías Nguema, que realizó la poco laudatoria proeza de conseguir que un tercio de la población muriera asesinada o huyera al exilio; amén de sumir al país en la más absoluta ruina económica, social y material.
En agosto de 1979 un golpe de estado sustituye a Francisco Macías por su sobrino Teodoro Obiang, ministro de defensa por aquel entonces y antiguo director de la temible prisión de “Black Beach” (donde debió adquirir toda su formación política, por lo que más tarde se vio), que no tuvo reparo alguno en hacer ejecutar a su antecesor.
Pese a las aparentes reformas democráticas y a la instauración, vía referéndum, de una nueva constitución, pronto se revelaría como digno sucesor de tan infame ascendencia, sumiendo de nuevo el país en una férrea dictadura.
Tras el descubrimiento en la década de los noventa de grandes reservas petrolíferas que lo sitúan en el cuarto puesto de producción del África subsahariana (después de Angola, Nigeria y Sudán), su Producto Interior Bruto alcanzó tasas de crecimiento anual cercanas al 15%, consiguiendo equipararse al de países como España o Italia (en cuanto a PIB per cápita).
Sin embargo nada o muy poco de este desmesurado crecimiento económico consiguió llegar al común de la población. El pueblo guineano se halla sumido en la más nefasta de las pobrezas: el 80% vive con menos de 20 euros al mes y la esperanza de vida media apenas alcanza los 43 años. En el año 2005 el gasto en sanidad era de tan solo un 1’6% del PIB (según datos de la OMS) mientras que la escuálida cifra invertida en educación era de 0’6% (según estimaciones del Banco Mundial). La tasa de mortalidad infantil ha pasado del 103x1000 en 1990 al 124x1000 en 2007 y la mortalidad en menores de 5 años de 170x1000 a 206x1000 durante el mismo período ¡y eso en los años en que la economía crecía vertiginosamente gracias a los petrodólares!
Pese a que Guinea Ecuatorial produce 365.000 barriles de petróleo al día (según datos de B.P. del año 2007) y que exporta 1.000.000 de metros cúbicos de maderas tropicales al año, padece un nivel de pobreza similar al de Afganistán o Chad ¡y estos países han tenido que soportar terribles guerras!
Según el escritor Fernando Gamboa, para recibir asistencia en un Hospital no solo has de pagar por adelantado la estancia y el tratamiento, si no que tendrás que llevar tú de casa el colchón, las mantas y los medicamentos. Dice el escritor que el procedimiento para la extracción de sangre, de no traer tú la jeringuilla, pasa por practicarte un corte con un cristal.
Mientras tanto el presidente Obiang y su familia amasan fortunas multimillonarias que las empresas petroleras ingresan directamente en sus cuentas corrientes (como atestigua el escándalo Riggs Bank) y no tienen problema alguno en apoderarse de casi la mitad de los terrenos edificables del país sin necesidad de pagar un céntimo por ellos. La élite gobernante acapara el 98% de la renta nacional mientras el mundo entero se deshace en cortesías para ganarse el favor de la dictadura. Como muestra un botón: El hijo mayor del presidente, Teodorín Nguema Obiang, se ha comprado en los últimos años propiedades en California por valor de 35 millones de dólares, mientras que en Sudáfrica se ha gastado la friolera de 84,5 millones de dólares entre mansiones y automóviles. Su sueldo como Ministro de Agricultura y Bosques apenas alcanza 4000 $ al mes. Inútil se hace extenderse mucho hablando de los chanchullos y propiedades de la familia Obiang, puesto que en el espacio que ocupa todo este artículo apenas tendíamos para empezar.
Pero no contento con esquilmar las inmensas riquezas del país en su exclusivo beneficio personal, este terrible dictador somete a su pueblo al más opresivo de los totalitarismos. Aunque aparentemente Guinea Ecuatorial es una democracia la realidad es una cosa bien distinta. Desde que se permitió en 1991 la aparición de algunos partidos políticos de oposición, el institucional Partido Democrático de Guinea Ecuatorial ha ganado todas las elecciones de manera tan aplastante como obviamente fraudulenta: En 1996 fue elegido con el 98% de los votos, mientras que en las más recientes elecciones legislativas de mayo del 2008 el partido se hacía con 99 de las 100 representaciones parlamentarias.
Los políticos de la oposición tolerada son sometidos a detenciones arbitrarias, amenazas, secuestros de sus publicaciones y todo tipo de presiones. La oposición ilegal se ve obligada a sufrir la cárcel y bárbaras torturas; incluso los familiares de los disidentes pueden ser sometidos a tormentos que han llegado al extremo de sadismo de clavar tenedores o introducir cigarrillos encendidos en la vagina de las esposas de algún rebelde prófugo.
La libertad de expresión, como ya os habréis imaginado, brilla por su ausencia. Para que os hagáis una idea, en julio de 2003, la radio estatal anunció que Obiang era como “Dios en el cielo…Tiene poder sobre los hombres y las cosas…Puede decidir matar sin que nadie le pida cuentas y sin ir al infierno, porque está en contacto con el mismo Dios, que le da fuerza.”
El comité para la protección de periodistas (CPS) calificó a Guinea Ecuatorial en el año 2006 en el cuarto puesto de países con más censura del mundo, mientras que Reporteros sin Fronteras la situaba, en el año 2008, en el puesto156 de 173 en su ranking de libertad de prensa.
¿Como puede suceder todo esto con el beneplácito, o cuanto menos la indiferencia, del mundo entero, que prefiere centrar sus críticas en dictaduras como la Cubana, infinitamente menos sanguinarias (aunque no menos autocráticas)? Pues dejemos responder al propio Obiang, en palabras de su libro “mi vida por mi pueblo” (cágate lorito con el título ¡un chistoso el Teodoro!): “Me he dado cuenta que el descubrimiento de petróleo en Guinea Ecuatorial y, especialmente, la importancia de estos recursos han cambiado completamente la actitud de muchos de nuestros socios, especialmente los que son más críticos. De repente, se han vuelto más permisivos. Sé que es la naturaleza humana, pero no sólo los hombres han cambiado de esta manera,
las instituciones también lo han hecho. Y me refiero específicamente al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Unión Europea.” Pues sí señorxs, Obiang, aunque hijoputa como pocos, no está falto de razón con su perspicaz comentario. Nada como estar forrado de petróleo para disipar las más elevadas conciencias y ablandar los más férreos principios.
Así es como EEUU, que por un lado sancionaba severamente al Riggs Bank por lavar el dinero negro guinea-ecuatoriano, se deshace por el otro en halagos, reverencias y besamientos de manos cundo les aparece de visita el dictador. Y es que hay que salvaguardar los más de 12.000 millones de dólares en nuevas inversiones que EXXON MOBIL, HESS, MARATHON, CHEVRON y otras muchas empresas más tienen allí rindiéndoles dividendos. Mención especial merece MPRI (Military Professional Resources Inc) empresa militar privada yanqui que, con el beneplácito del congreso de los EEUU, adiestra a los militares y policías de la dictadura.
Con un 18,30 % de las exportaciones, China es el máximo destinatario del petróleo de Guinea Ecuatorial. Obiang, de hecho, los declaró “el mejor amigo” del país en el año 2007. Los chinos nunca le habían afeado la conducta en cuestiones de derechos humanos.
El país africano se ha convertido incluso en el noveno miembro de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa, y eso que hasta hace nada los idiomas oficiales eran el Español y el Francés, solo por el ansia de Angola, Brasil y Portugal de penetrar en el jugoso mercado petrolífero guinea-ecuatoriano por medio de sus empresas Sonangol, Petrobrás y Galp-Energía.
Pero España no es una excepción a la hora de rendirle el pabellón de los principios a los efluvios del oro negro. Es así que el ministro de exteriores Miguel Ángel Moratinos viajó en el 2009 a la ex-colonia seguido de una recua de representantes empresariales (Repsol YPF, Unión Fenosa Gas, Elecnor, Isolux Corsán, Teyco, Makiber, Estudio Lamela de Arquitectos, Agem, Cofares y Navantia) avidos de sacar tajada y espoleados por el aumento del 11,9% de las exportaciones que se había registrado ese año.
Sí, cierto es que a veces se escuchan tímidas críticas de nuestros dirigentes a los desmanes del tirano, pero lo que se dice con la boca se desdice con los actos y, cuando el dinero entra en escena, los principios salen del teatro.
Nada parece que vaya a cambiar en lo sucesivo para los habitantes de Guinea Ecuatorial, pero ya que hasta hace menos de medio siglo compartían patria con nosotros (por mucho que esto no sea si no compartir desgracia), por lo menos no dejar en el olvido la triste situación en la que la avaricia y la indiferencia del mundo los ha relegado.
Redactado para Abordaxe a partir de la información extraída de, entre otros, estos lugares:
- Human right watch: http://www.hrw.org/es/node/86790/section/3
- Artículos de IPS: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=92653 y http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=89441
- Carta pública del escritor Fernado Gamboa: http://quieroserbombero.org/qsb1.5/blog/47-blog/297-violacion-de-los-derechos-humanos-en-guinea-ecuatorial
-Informes Amnistía Internacional: http://www.amnestyusa.org/paises/guinea-ecuatorial/page.do?id=1111013
23 nov 2010
Guinea Ecuatorial: entre el petroleo y el terror
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