13 jul 2010

La libertad y las nuevas tecnologías


Este artículo ha sido elaborado por colaboradores de "Abordaxe" en función del contenido de la charla "La libertad y las nuevas tecnologías", que se realizó en la okupa coruñesa C.S.O. A Casa das Atochas el 10 de julio del 2010. Los redactores somos más bien profanos en el tema en cuestión, así que pedimos perdón de antemano por posibles errores en la interpretación del contenido, aunque creemos que, en esencia, reproducimos fielmente gran parte de lo tratado.
La libertad y las nuevas tecnologías:

Antecedentes
Desde siempre los estados han hecho lo imposible por interceptar las comunicaciones de otros países rivales, o incluso amigos, para situarse en una posición de ventaja frente a los mismos. La importancia de conocer la situación y movimientos del adversario ya viene recogida en el "arte de la guerra" (Sun Tzu), por poner sólo un ejemplo lejano en el tiempo. Sin embargo no es hasta la primera guerra mundial (1914-1918) cuando la tecnología permite, no sólo el envío de información a través de las ondas de radio, sino también la intercepción de las mismas por parte del adversario. Es por ello que los alemanes inventan la primera máquina de encriptar información a la que bautizan como "Enigma". Estaba compuesta por tres rotores que, en función de la posición en que se combinase, producían claves variables con las que ocultar textos, pudiendo ser revelados al utilizar otra máquina igual ajustada con la misma clave. No pasó mucho tiempo hasta que los polacos fabricaron un ingenio con el cual desencriptar los mensajes cifrados alemanes. Se trataba de una máquina que probaba distintas combinaciones hasta descifrar los códigos, a la que denominaron "Bomba".
Durante la segunda guerra mundial la tecnología empleada en la encriptación y desencriptación fue similar a la de su predecesora, sólo que con una mayor complejidad: cinco rotores en lugar de tres, en la "Enigma" mejorada, y lo mismo con las nuevas versiones de "Bomba", sólo que esta vez en manos de americanos y británicos.
En 1948, acabada la guerra, Inglaterra y los Estados Unidos firman el pacto UKUSA para compartir información relativa a la intercepción de comunicaciones. Mucho más tarde, en los años 80, se extendería a otros países de habla inglesa como Canadá o Australia.
En 1952 los norteamericanos fundan su agencia nacional de seguridad, llamada NSA, haciendo los ingleses lo propio. Será a través de estas agencias que comience el espionaje electrónico de comunicaciones a gran escala, espoleado, como no, por la guerra fría. Es así como a partir de entonces y por medio de diversas estaciones de captura de información podrán, no sólo interceptar comunicaciones, sino también geolocalizar los lugares de emisión. También serán capaces de enviar la información interceptada a la base en USA en tiempo real, haciedo rebotar las ondas de radio en la propia la luna.
A partir de los años setenta se pone en marcha ECHELON, un vasto sistema que permite a los norteamericanos interceptar todo tipo de información transmitida a través de teléfonos, telégrafos u ondas de radio (más tarde se incluiría internet, naturalmente) por medio, ya no sólo de estaciones fijas, sino también de satélites, barcos y "pinchazos" a cables submarinos de transmisiones. Con los años se perfecciona el sistema hasta automatizar las busquedas: ya no hacen falta operadores que supervisen el flujo de información, programas informáticos detectan palabras "sospechosas" y registran la comunicación. Ésto se acabará por realizar en tiempo real.
Informes públicos desarrollados por la Unión Euroea al respecto de ECHELON, preocupada por el espionaje político y comercial al que se veían sometidos, atestiguan la veracidad de lo expuesto y el peligro que entraña.
En los años 90 se empieza a utilizar todo este sistema ya no sólo para espiar a potencias rivales y a entidades comerciales, sino también para monitorizar al común del ciudadano. A partir del 11 de Septiembre del 2001, una arrolladora campaña propagandistica consigue que la creciente vulneración de la intimidad a la que se está sometiendo a los individuos, hasta ese momento rechazada de forma general como una pérdida de libertades, sea aceptada de modo masivo. Se generaliza la paranoia, popularizando la estúpida creencia de que el que no hace nada malo no tiene nada que ocultar.
Durante la última década del siglo veinte las calles se llenan de cámaras de vigilancia, mientras que los satélites espías son capaces de fotografiar un sello tirado en el suelo (esto ya desde 1984, curiosa efeméride). El uso masivo de internet permite un control del ciudadano inédito hasta la fecha y las legislaciones no hacen sino reforzar los mecanismos de vigilancia, al obligar a las compañías privadas a colaborar con la justicia guardando la información relativa a todo tipo de comunicaciones personales.

En la actualidad
A día de hoy la tecnología del control social ha tenido un auge sin precedentes, y ya no son sólo los gobiernos los que controlan nuestros movimientos, sino que también las compañías comerciales vigilan nuestros hábitos y gustos e incluso trafican entre ellas con esa información.
Cuanto más dependientes nos volvemos de las nuevas tecnologías, más fácil se vuelve nuestro seguimiento:
Las tarjetas de crédito, por poner un ejemplo, permiten rastrear con facilidad todas las operaciones que con ellas realizamos. Desde sacar dinero de un banco o comprar en unos grandes almacenes, hasta echar gasolina al coche o pagar el peaje de una autopista, todos los movimientos que uno realice con su tarjeta quedan grabados automáticamente y dibujan un plano con nuestro rastro, más exacto cuanto más dependientes somos de su uso. En teoría, para que la policía pueda utilizar esta tecnología, hace falta una orden judicial, pero una vez obtenida (nada demasiado complicado en estos tiempos) tendrán acceso a todos los movimientos que realizaste previamente y los que realizarás a continuación.
El sistema potencia la utilización de los bancos por parte de los ciudadanos, no sólo les permite tenernos más controlados, sino que nos hace fieles de la nueva iglesia del siglo XXI, en la que los cajeros autmáticos son capillas y los banqueros sacerdotes; de nuestra completa sumisión a los bancos depende el crecimiento y buena marcha del sistema. Hoy en día es necesario tener una cuenta bancaria para un montón de cosas para las que antes no era necesario: hacer un contrato de suministro eléctrico, cobrar el paro o cualquier otra ayuda, trabajar para el estado... incluso hacienda penaliza con impuestos a aquel que haga una transacción elevada (comprar un coche por ejemplo) si no tenía el dinero metido previamente en el banco, considera que lo que uno gana y no guarda luego en una cuenta de crédito es porque ha sido gastado, meter el dinero bajo el colchón te puede suponer una dura carga impositiva.
El control a través de internet es bastante obvio, casi todos los movimientos que realizamos por la red son fácilmente rastreables, ya no sólo a través de ECHELON, que por supuesto también, sino que tu dirección IP queda registrada en todo lo que publiques (foros, redes sociales...). Para conseguir una conexión anónima tendrias que usar un ciber cafe o una conexiónWIFI con un portatil, aunque, por supuesto, en tu ordenador queda todo grabado y podrían extraer esa información del mismo por mucho que intentes borrarla.
Los correos electrónicos almacenan toda la información, un juez podría pedirla y cualquier compañía (Hotmail, Gmail u otra cualquiera) se metería en un lio si no la entregara. De todas formas los correos electrónicos son fácilmente interceptables.
El cifrado de la información que se envía por correo, a través de programas de encriptado, es un buen método para ponerles difícil el seguimiento de tus comunicaciones, sin embargo a través de virus como los "troyanos" podrían acceder al contenido directo de tu ordenador en lugar de interceptar la comunicación. De todas formas si no eres Osama Bin Laden es dudoso que despiertes tanto interés, pero al ritmo que evolucionan los acontecimientos es bueno tenerlo en cuenta.
Incluso las empresas comerciales introducen "cookies" en sus anuncios (claves que se te asignan para identificarte al pasar por determinadas páginas web) para poder rastrear tus gustos a través de tus itinerarios en internet.
Aunque Microsoft lo niega, varios de sus ex programadores aseguran que la NSA manipula los programas de dicha compañía antes de salir al mercado. Microsoft se los envía y ellos se los devuelven con los añadidos que estimen oportunos. Por tanto si tienes un sistema operativo como el Windows es más que probable que tu ordenador se encuentre a merced de la agencia de seguridad americana, mandándole la información que a ellos les interese y actualizándose continuamente con nuevas aportaciones destinadas a tu vigilancia, control y seguimiento. No por tener un "Mac" te vas a librar de todo lo dicho, que quede claro, sin embargo utilizando software libre, como el Linux, sí tienes la garantía de que su diseño es transparente e incluso modificable. Aunque tu no entiendas del tema sabes que otros que sí que entienden pueden investigar los programas y garantizarlos.
Por supuesto que los teléfonos móviles no son inmunes a la vigilancia electrónica, de hecho los más modernos son prácticamente ordenadores, por lo que todo lo referido a los mismos es aplicable en este caso. Francia, por ejemplo, no permite a ciertos funcionarios utilizar móviles de última tecnología porque aseguran que su programación esta al servicio de la NSA.
Siempre fue posible la geolocalización a traves de los teléfonos moviles, triangulando su posición por medio de las antenas que le dan cobertura, pero desde la incorporación del GPS se ha vuelto mucho más precisa. Hay páginas de internet a disposición de todos que permiten localizar un móvil dando previamente su PIN ¿que no podrá hacer la policía?
A día de hoy toda línea de móvil no asociada a un DNI ha sido cortada, de ese modo quieren suprimir el anonimato en las comunicaciones telefónicas. Siempre puedes mentir a la hora de dar tus datos, los dependientes no suelen ser demasiado exahustivos en ésto, o dar los datos de otro, pero ten en cuenta que la suplantación de identidad es un delito penado.
Las compañías de telefonía estan obligadas a guardar la información relativa a día, hora, lugar y destino de cada llamada (no a su contenido a menos que lo autorice un juez) según la ley 25/2007 del 18 de octubre. Irlanda pretendió no aplicar en su pais una ley semejante, pero los tribunales de la UE no se lo permitieron.
El tema de si es posible utilizar los teléfonos móviles como micrófonos de escucha es todavía controvertido, hay quien afirma que en EEUU ya se usaron grabaciones de esta índole como prueba en un juicio contra la mafia. Aunque la realización técnica de estas escuchas no entrañaría demasiado problema, sólo habría que introducir un sencillo programa al fabricar el móvil, por lo que es de suponer que debe ser cierto. No por desconectar la batería dejas tu teléfono sin suministro, dispone de reservas adicionales, las que le permiten guardar la fecha y la hora por ejemplo, así que este procedimiento puede no suponer la anulación de su potencialidad como micrófono o localizador. Así que si uno quiere estar bien seguro, lo mejor es dejar el móvil en casa. Si lo envolviésemos con papel albal, formaríamos una "jaula Faraday" (o algo así) y, por lo visto, también anularíamos su señal.
El DNI, y más ahora con el electónico, es otro efectivo metodo de control social, a través de él se registran nuestros nacimentos, defunciones, salud, estudios o ingresos, por citar sólo unas pocas cosas. Ahora con la digitalización de las huellas dactilares será sencillo rastrear hasta la colocación de pegatinas.
Los RFID son chips (que van incluídos, por ejemplo, en los pasaportes) que transmiten información a distancia cuando un dispositivo así se lo solicita (en el ejemplo del pasaporte sucedería al entrar en un aeropuerto). ¿Cuanto falta para que los introduzcan en los DNIs y puedan obtener nuestros datos desde lejos enfocándonos con un sensor?
En algunos grandes almacenes norteamericanos ya los incluyen en sus productos para conocer que tipo de compras hace cada uno y poder ofrecerte publicidad personalizada. Aquí se hace algo parecido cada vez que pasas por caja las tarjetas de descuento de un supermercado (tarjeta Día, de El Corte Inglés...) pero el método es mucho menos sofisticado.
Las cámaras de video vigilancia inundan las ciudades sin que a casi nadie le moleste (cuanto daño hizo el programa de TV "El Gran Hermano"). Ahora ya giran 360º y su zoom permite ver la hora del reloj de un transeúnte. Y ya no se trata sólo de las que vigilan las calles, sino también las que se ubican en los comercios o cajeros automáticos. En las grandes ciudades empieza a ser complicado caminar por cualquier calle sin ser continuamente grabado.
Gracias a las webs 2.0 la vida entera de muchísimos usuarios se ha vuelto del dominio público. Twitter, Myspace, fotolog, facebook, blogs... la gente publica su vida y obras sin el más mínimo reparo y con sorprendente generosidad. Son ya muchos los robos cometidos gracias a internet (un capullo publica la hora a la que se levanta, a la que entra a trabajar, cual es su empleo, que se acaba de comprar una costosa videocámara... y aún se sorprenderá cuando al llegar a su casa descubra que le acaban de desvalijar), tampoco se quedan cortos los secuestros facilitados por las redes sociales ¡les ahorran cientos de horas de vigilancia! Surrealista fue el caso de los etarras que se retratron en Facebook con camisetas de la selección española, hasta la policía se sorprendía de la ingente cantidad de información que les brindaban por el morro los nuevos activistas.
Alguien publica sus fotos de cuando estaba totalmente borracho, medio en pelotas y fumándose una "trompeta" de marihuana en un prostíbulo y aún por encima le parecerá raro que no le contraten en la empresa donde hizo la última entrevista de trabajo. Por supuesto que los departamentos de recursos humanos miran en internet antes de contratarnos. Dentro de poco se considerará que aquel que no tiene Facebook es porque tiene algo que ocultar.
Por dar unas últimas pinceladas aleatorias sobre los cada día más numerosos métodos de control social, comentaremos que las impresoras dejan cada una su propia huella inconfundible en los documentos que emiten; que las nuevas cámaras digitales introducen metadatos como la localización GPS de el lugar donde se tomó cada imagen, y que estos datos se pueden extaer de la foto publicada en internet; o que hoy en día existen micrófonos láser que, enfocados sobre una ventana, son capaces de leer las vibraciones del cristal y reproducir a la perfección los sonidos del interior, y ésto no es un material exclusivo de la CIA, cualquiera dispuesto a pagar 1000 dólares puede comprar uno por internet.

Y proximamente...
No sería de extrañar que en un futuro muy cercano podamos ver como todos los coches incluyen dispositivos de geolocalización, que el uso del transporte público deje de ser anónimo, la obligatoriedad de identificarte para usar un cibercafé o para comprar un ordenador, un banco de datos que almacene muestras de ADN de toda la población, la introducción de chips RFID en los DNI o la obligatoriedad de dar tus claves de cifrado de datos ante una solicitud judicial (esto ya ocurre en Inglaterra, con penas de dos años de prisión para aquellos que se nieguen).

Así va el mundo y así nos controlan. España ya ha mandado satélites al espacio, es casi seguro que el control social es una de sus ocultas funciones. También es del dominio público que nuestro gobierno tiene tratos con los norteamericanos para facilitarnos datos obtenidos por ECHELON en materia antiterrorista. Y la cosa sigue, cada vez más rápido, así que:
¡Feliz 1984! y a disfutarlo con salud, porque con libertad lo vemos muy chungo.

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