5 ene 2012

Entrevista a Kellie y Victor, activistas estadounidenses acusados de intentar liberar visones.

"A los visones no les importa cual es nuestra receta vegana favorita"

1-¿Qué os hizo plantearos la opción del veganismo?
Kellie: Me hice vegana hace tres años, después de haber sido vegetariana durante mucho tiempo. No hubo nada extraordinario que me llevase a tomar esa decisión, simplemente pensaba que era lo correcto. Sentía que era algo que debía hacer. No hice una transición hasta ser vegana, comencé a alimentarme de esa manera justo después de tomar la decisión. Tras ello, comencé a investigar y descubrí los horrores de la industria de los huevos y la leche. Nunca dejaré de ser vegana, para mí es mucho más que una opción dietética, es una forma de vida y una llamada a la acción.

Victor: Bueno, cuando cumplí 13 años mis familiares más cercanos se mudaron con mis abuelos por parte de madre. Viví en una pequeña granja durante unos pocos años.
No sé por qué la dieta que llevaba entonces, fuertemente basada en la carne, no me desagradaba, teniendo en cuenta que conocía de primera mano de donde procedía aquella carne. Probablemente estaba más preocupado por sentirme aceptado por mis familiares más mayores que por pensar racionalmente. Cuando crecí un poco me involucré en la escena punk y hardcore, y ahí fue donde oí por primera vez acerca del veganismo, aunque en aquel momento no hice mucho caso. Cuando cumplí 18 dejé el colegio y me dediqué a hacer piercings. En mi primer empleo tuve el placer de trabajar con un tatuador vegano. Cualquiera que conozca a Thomas Kenney sabrá que es la persona más amable y generosa que puedes encontrar. Yo era siete u ocho años más joven que él, por lo que empecé a imitar aspectos de su personalidad. Dejé de comer carne, y menos de un año más tarde ya era totalmente vegano.

2-¿Cómo comenzasteis vuestro activismo por los animales?
Kellie: Comencé a realizar actividades relacionadas con los derechos de los animales un año después de hacerme vegana. Asistía a charlas y leía un montón de libros sobre derechos de los animales y ética. Mis principios comenzaban a estar más definidos. Me di cuenta de lo importante que era mostrarle a la gente el sufrimiento animal porque los animales no podían hacerlo por ellos mismos.

Victor: Creo que fue en el verano de 2008… Mi amigo Shane y yo trabajábamos como jardineros de una señora mayor que, al terminar nuestra jornada, nos pidió que ahogásemos a las marmotas que habían caído en las trampas que había puestas por todo el jardín. Solo uno de aquellos pequeños animalillos había caído en una trampa aquel día. Estaba ensangrentado, a consecuencia de haber intentado escapar de aquella trampa. No me hizo falta pensármelo dos veces y dejé que aquel animal corriese libre para volver a su hogar, me parecía lo más obvio. En aquel momento no consideré aquel acto como una forma de “activismo”, pero ayudó a la progresión natural del modo en que yo pensaba. Ser vegano ya no tenía relación con lo que no hacía, si no con lo que hacía.

3-¿Cómo fue vuestra experiencia con la alimentación vegana en la cárcel de Iowa?
Kellie: No fue difícil conseguir comida vegana en la cárcel, solo les llevó algo de tiempo aprender a hacerla bien. Dudo que nadie de los que trabajaban allí hubiesen oído antes la palabra “vegano”. Estuve unos días sin comer debido a este problema, pero no se me denegó la alimentación vegana una vez que pude explicar de qué iba todo aquello. Incluso me daban leche de soja con el desayuno. Hicieron que escribiese una lista de productos que no comía. Sé que prestaron atención a aquella lista, porque en alguna ocasión pregunté por los ingredientes de algunos alimentos que me daban y me decían “tranquila, no lleva nada que estuviese en la lista”.

Victor: Conseguir comida vegana en prisión fue muy fácil. Cuando te hacen la ficha, el carcelero te hace unas 200 preguntas en 2 minutos. Una de ellas es sobre necesidades dietéticas especiales. Tan sencillo como eso. Ahora, la comida era malísima, tampoco es que esperase gran cosa, pero al menos era vegana. Me han dicho que la de las prisiones estatales es bastante mejor…

4-¿Algún consejo para otros activistas que puedan enfrentarse a prisiones en las que no haya opciones veganas en el menú?
Kellie: El único consejo que podemos darles a aquellos a quienes se les ha denegado la alimentación vegana es la paciencia. Siempre puedes intercambiar comida con otros presos. O realizar una huelga de hambre. Si lo hacen, es importante que su grupo de apoyo lo sepa, así podrán llamar a la prisión y hacer presión. Tratad de comunicaros lo mejor posible con los carceleros. Manteneos fuertes y firmes en vuestros principios, podéis aguantar varios días sin comer siempre y cuando tengáis agua.

5-¿En qué ocupáis vuestro tiempo mientras esperáis el juicio en Iowa?
Kellie: Yo estoy leyendo muchísimo. De los libros que he leído hasta ahora, mi favorito es Watership Down, de Richard Adams. Visitamos la biblioteca frecuentemente. Jugamos a las cartas o paseamos por la ciudad. Conseguimos algunos panfletos sobre veganismo en Vegan Outreach, así que también nos mantenemos activos mientras estamos aquí.

Victor: La verdad es que la mayoría del tiempo tratamos de sobrellevar el estar “atrapados” en Iowa. Cuatro de nuestros mejores amigos vinieron hasta aquí para pasar algún tiempo con nosotros. Kellie y yo nos casamos. Y últimamente hemos intentado disfrutar del clima frío que hace ahora, caminando por la ciudad, realizando actividades como voluntarios y pasando tiempo en la biblioteca. También intentamos conseguir trabajos.

6-¿Cómo lleva esta situación vuestra familia?
Kellie: Mi familia lo está llevando bastante bien. Me echan de menos y, por supuesto, no quieren que vayamos a la cárcel. Saben que somos buenas personas con buenas intenciones. Creo que esta situación les ha ayudado a comprender mis principios un poquito mejor. Por lo único por lo que están enfadados es por que se considere un delito tan grave lo que, presuntamente, tratamos de hacer. Nuestra familia en Austin solo esperan que volvamos a casa. Nos han dado un montón de apoyo y amor y nos han ayudado a poner en orden nuestros asuntos personales. Sin duda son los mejores amigos que podríamos desear.

Victor: Mi madre nos ha ayudado muchísimo. Nos ha apoyado más de lo que nunca habría imaginado.

7-¿Os gustaría decir algo a la gente que os está apoyando?
Victor: Lo primero de todo, queremos intentar expresar lo inmensamente agradecidos que les estamos por todo. Las cartas que recibimos en la cárcel, las donaciones, y todos esos pensamientos positivos serán recompensados tan http://www.blogger.com/img/blank.gifpronto como podamos. Los gastos derivados de este proceso serían impensables para nosotros de no haber sido por vuestra ayuda.

Dicho esto, intentemos mantener la atención en lo realmente importante. La industria peletera americana matará a 3 ó 4 millones de animales en 2012 si no hacemos algo. A los visones no les importa cual es nuestra receta vegana favorita. Los zorros gritan mientras nosotros compartimos recetas y comemos tartas. Si realmente pensamos que “piel es asesinato”, entonces debemos de gritarlo tan fuerte como nos permitan nuestros pulmones.

Para visitar la página del grupo de apoyo a Kellie y Victor pincha aquí.

Robado en cizalla acrata

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